miércoles, octubre 06, 2004

Confesión Negativa

llegó el almuerzo!!!¡Escúcharme, oh tú, Espíritu que marchas a grandes zancadas, y que surges en Heliopolis! Yo no he cometido acciones perversas; yo no he obrado con violencia; mi corazón detesta la brutalidad. ¡Oh tú, espíritu que te alimentas de las Sombras de los Muertos y que te manifiestas en las fuentes del Nilo; Yo no he robado. Yo no he matado a mis semejantes; Yo no he disminuido la medida del trigo; Yo no he cometido fraude. ¡Oh, tú, Espíritu de la mascara reluciente y que te mueves lentamente hacia atrás! Yo no he sustraído lo que pertenecía a los Dioses; yo no he mentido; yo no he sustraído el alimento a mis semejantes. ¡Oh tú, Espíritu cuyos ojos hieren como puñales y que te manifiestas en Menfis! Yo no he difamado; Yo no he sido agresivo; Yo no he acaparado los campos de cultivo; Yo no he causado ningún daño ni he proferido maldiciones....
El suplicante, el difunto, recitaba frente a sus Dioses esta confesión negativa mientras se pesaba su corazón en una balanza contra una pluma. Si fallaba, un horrendo monstruo devoraba inexorablemente su alma (Ba) y se perdía para siempre la identidad en el mundo de los muertos. Cuando reces, Oh Lector, no te olvides de tus faltas.

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