jueves, octubre 21, 2004

Una disquisición mas bien inútil

Hace unas escasas horas de este jueves anodino, reunido en un lugar con otras personas se entabla el siguiente dialogo:
-Porque esta tarde viene Fulano, quien nos contara su experiencia sobre el municipio de Rafaela, el más avanzado del país...-
-La experiencia no es transmisible- acote distraídamente -Solo el conocimiento, porque la experiencia es una vivencia de tipo personal, que involucra un universo de cuestiones que pasan por la subjetividad, como ser las emociones, el bagaje cultural, la psicología propia, la visión del mundo etc...- finalice sin darme cuenta que era el inicio de una larga e inútil tormenta. Pues la extensa disquisición (análisis riguroso de un tema) se baso en un mal juego de palabras que la mayoría automática aplica una frase hecha "La trasmisión de la experiencia". Se citaron muchos ejemplos, incluyendo el de un pastelero que casi arruino su existencia al ponerle un poco de mas o de menos de algo a algo. Ante la avalancha inusitada -en oposición cabe acotar- opte por callarme y decirles que sí.

¿Por qué esta situación? Creo que por la vocación de clarificar, porque creo que solo poniendo en claro ciertas cosas se puede establecer un verdadero dialogo, basado en los mismos o parecidos parámetros de comunicación. la mayoría de las veces creemos que estamos siendo entendidos, y jugando con la palabra es un sobrentendido. Los códigos no son ni siquiera compatibles porque los conceptos fundamentales del -supuesto- dialogo no son equivalentes. La necesidad de este dialogo en igualdad de entendimiento es necesaria porque el ámbito en donde se desarrollo este dialogo de tontos es una institución básica de la democracia: un Concejo Deliberante...

La pregunta del día: ¿La experiencia es transmisible o no?

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