sábado, mayo 28, 2005

Altibajos

Todos los viernes me despierto con la sensación que estoy de mas en el mundo y un pregunta a flor de labios “¿Para que diablos me despierto?” Ante la imposibilidad de seguir en la cama inconsciente hasta el año próximo o la reencarnación siguiente (lo que venga primero) opto por la fuerza de la costumbre y me levanto sabiendo que es absolutamente innecesario y hasta fútil aportar mi persona al mundo.


Voy al trabajo, como todos los viernes, con esa sensación de inutilidad que da saber que es absurdo bregar como un loco, tomar posiciones y batallar por nada, pero igual lo hago sin aun descubrir su razón. Según los notables epistemologos (de epistemología: Doctrina de los fundamentos y métodos del conocimiento científico) del Cenáculo de La Recova es por atavismo, es decir la necesidad de no desaparecer, instinto puro de supervivencia. Lo malo de esta teoría es que no pretendo suicidarme sino suicidar al resto; pero esa variable nunca fue contemplada dentro del plan general. Esta noble runfla de notables del pensamiento abstracto, muy abstracto, basan sus amplios razonamientos en la posición del sol en el momento de la consulta, la cantidad de maní en el platillo del copetín, la dirección, ascenso y declive de las volutas densas de humo azulado de sus cigarrillos y fundamentalmente de la cantidad por miligramo en la sangre de cierta bebida alcohólica que no se debe mencionar bajo riesgo de invocar al mismísimo Mefistofeles y tener que efectuar un pacto diabólico; ya que como es de común conocimiento, el diablo no viaja de balde. Siempre algo ha de llevarse, aunque sea una hipotética (e hipotecada) alma de parroquiano al Cenáculo.


La discusión del día es terrible: ¿Por qué había fallado el Golem? Hace unos días, en un momento de aburrimiento atroz durante una sesión del Concejo Deliberante (que es televisada) el Cenáculo había aprovechado para construir uno. Unos habían colaborado trayendo el yeso necesario para construir el autómata de Dios; la casa había aportado generosamente el agua requerida para formar el engrudo y unas franelas para que no se ensuciara el resto del bar. Yo colabore desde la misma sesión, pues al tocarme hablar de un proyecto de ordenanza (y teniendo en cuenta que era televisada) en lugar de leer los fundamentos del proyecto aunque soy agnóstico declarado recite la Torah e invoque el poder de la palabra de Dios para animarle vida a la estatua de yeso.


La bancada del peronismo, fiel a sus resentimientos desde que perdieron las elecciones locales en 1999, pidió la palabra para -obviamente- oponerse. Aunque no entendieron nada, aun así hubiera sido en español, clamaron rasgándose las vestiduras por los pobres que sufren, los ancianos desamparados y los desocupados destinados a la inevitable muerte por inanición. Por la curiosa ceguera selectiva que caracteriza a esta fuerza política, la principal causa de este estado de cosas desde hace dos décadas en las que destruyeron las conquistas sociales (de las que se ufanan en los discursos) , derrumbaron gobiernos de signo opuesto y remataron alegremente el patrimonio del país en un festival de licitaciones amañadas. Al igual que el perro del hortelano, cuando no usufructúan el poder, lo combaten por esa sola y excluyente razón. Así es en el país, así es en nuestro pequeño pueblo bonaerense... Cuando a su vez tome la palabra nuevamente recite algunas estrofas del necronomicon, el conjuro para la muerte atroz y lenta, en la muerta lengua de Cthulhu, pero no resulto. Ocurre que las fuerzas del mal no actúan contra si mismas.


La prensa amarilla local comentaría al otro día que la sesión había estado mas polémica e incomprensible que de costumbre. Los textos hebreos fueron obtenidos de una colección de comics de Marvel en donde se describía detalladamente como formar un Golem (y también criar cepas de ántrax, una bomba sucia nuclear y otros bricolajes apocalípticos). Basados en el fundamento científico de tales publicaciones y en un pedido expreso del Sr Intendente Municipal (también parroquiano de La Recova, mas no del cenáculo) se puso manos a la obra.


El Golem original era una terrorífica y descomunal escultura de yeso, que en el 1500 el sabio Rabino Ben Eleazar había dotado de vida propia mediante las secretas formulas de la Cabala. Este gigante de dos metros y medio de altura defendía a los judíos del ataque de sus enemigos. Se activaba mediante una palabra hebrea “ameth” que significaba verdad, borrándole una silaba y quedando “meth” (muerto) se lo desactivaba. EL problema era que la palabreja estaba escrita debajo de su lengua. ¿Y quien seria el guapo de abrirle la boca al monstruo para sacarle esa palabra en caso de descontrol? Porque eso fue lo que sucedió. El Golem todas las noches sin falta debía ser desactivado, el rabino se quedo dormido y se olvido de hacerlo. Obviamente el Golem enloqueció. Y a correrlo se ha dicho. La historia no registra como fue cazada la criatura y como le fue borrada la palabra para regresarla a su estado original: un montón de yeso. Solo se sabe el que cementerio de Budapest se pobló súbitamente. Quinientos años después ahí estábamos nosotros tratando de crear a la mitológica criatura,para satisfacer el angustioso pedido del Intendente.


El problema que aquejaba al mandatario local era grave. Desde hacia mucho tiempo en las calles de General Belgrano el escaso cuerpo de barrenderos no da abasto a limpiarlas. Hacia meses que se encargo a una lejana fabrica en Santa Fe una barredora automática. Este aparato por motivos que no vienen al caso se había retrasado una y otra vez. Se requería fuerza laboral, pero el presupuesto local no da para contratar gente. La solución desesperada era construir un Golem y hacerlo trabajar. Pero no gratuitamente pues eso seria explotación, sino mediante un esplendido plan Trabajar.


El Golem, mediante el conjuro televisado cobro vida (y además le tomo bronca a los peronistas) por lo que los muchachos del Cenáculo lo desactivaron momentáneamente pues la criatura no debería deambular por la noche, bajo riesgo de que enloqueciera. Como los integrantes del Cenáculo mayoritariamente suelen ser aves nocturnas se suscito el dilema de quien lo activaría a las 6 de la mañana. La elección obvia recayó en Matilde, la empleada de La Recova. Le dejaron las instrucciones.


Al otro día a las 6 de la mañana Matilde activo al Golem. Este fue a trabajar con la cuadrilla municipal. A las 9 de la mañana encabezaba una protesta sindical y a las 10 ya estaba abriendo una linea política disidente. Fue imposible hallarlo después, pues se fue de copas y jarana con la cuadrilla municipal de barrido -a los que se refería como hermanos- a un cabaret a la salida del pueblo. Cuando cayo la noche el Golem enloqueció. Se volvió evangelista, abjuro de sus pecados y acepto a Jesucristo como nuestro salvador. Hizo testimonio de su pecaminosa tarde de vida y salio a evangelizar ateos apostólicos romanos. Allí la sobrenatural criatura hallo la muerte. Un adolescente con un ciclomotor lo atropello pasándolo por el medio. Es que el Golem solo media 40 centímetros de altura. No teníamos mucho yeso.


Cuando llego el viernes, mi desanimo era evidente. Y la discusión prosiguió: ¿Qué había fallado con el Golem?





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