La ontología de la verdad
Durante los últimos 5000 años se ha discutido sobre que es la verdad y como se representa. Eso al menos quito el sueño a los filósofos de la antigüedad, medioevo, renacimiento, romanticismo y modernismo. últimamente este tema no importa demasiado pues el posmodernismo ha impuesto que existen demasiadas “verdades”, tantas como puntos de vista o seres humanos. Esto por supuesto que es una falacia, por definición la verdad debería ser una sola. ¿Entonces a que se debe la confusión?
La verdad de la verdad
Veamos lo que dice el Diccionario, entre otras docenas de definiciones y aclaraciones:
(Del lat. veritas, -atis).
1. f. Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente.
2. f. Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa.
3. f. Propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma sin mutación alguna.
4. f. Juicio o proposición que no se puede negar racionalmente.
7. f. realidad ( existencia real de algo).
En primera instancia obtenemos la cualidad de inmanente (Del lat. immanens, -entis, part. act. de immanere, permanecer en) 1. adj. Fil. Que es inherente a algún ser o va unido de un modo inseparable a su esencia, aunque racionalmente pueda distinguirse de ella.) de la verdad, su quizás primer atributo y su inmutabilidad (Del lat. immanens, -entis, part. act. de immanere, permanecer en). 1. adj. Fil. Que es inherente a algún ser o va unido de un modo inseparable a su esencia, aunque racionalmente pueda distinguirse de ella.). Así entonces la verdad refiere a un único punto de vista objetivo y separado del observador, que a lo sumo puede constatar de algún modo su existencia pero quizás no pueda demostrarlo.
(Del lat. veritas, -atis).
1. f. Conformidad de las cosas con el concepto que de ellas forma la mente.
2. f. Conformidad de lo que se dice con lo que se siente o se piensa.
3. f. Propiedad que tiene una cosa de mantenerse siempre la misma sin mutación alguna.
4. f. Juicio o proposición que no se puede negar racionalmente.
7. f. realidad ( existencia real de algo).
En primera instancia obtenemos la cualidad de inmanente (Del lat. immanens, -entis, part. act. de immanere, permanecer en) 1. adj. Fil. Que es inherente a algún ser o va unido de un modo inseparable a su esencia, aunque racionalmente pueda distinguirse de ella.) de la verdad, su quizás primer atributo y su inmutabilidad (Del lat. immanens, -entis, part. act. de immanere, permanecer en). 1. adj. Fil. Que es inherente a algún ser o va unido de un modo inseparable a su esencia, aunque racionalmente pueda distinguirse de ella.). Así entonces la verdad refiere a un único punto de vista objetivo y separado del observador, que a lo sumo puede constatar de algún modo su existencia pero quizás no pueda demostrarlo.
La confusión postmodernista
En nuestra sociedad la verdad es un revoltijo de semi verdades u observaciones mas o menos empíricas (Del lat. empiricus, y este del gr. µpeirik¹*s, que se rige por la experiencia. 1. adj. Perteneciente o relativo a la experiencia. 2. adj. Fundado en ella.) de observadores parciales quienes las formulan erróneamente como verdades. Pues la verdad muchas veces se suele confundir con la realidad, siendo esta otra cosa.
Si la realidad no es la verdad ¿Qué es entonces?
La realidad es un reflejo personal de la vivencia, a cada individuo corresponde una realidad distinta influida no solo por los elementos tangibles (el entorno físico) sino por el universo personal (sentimientos, cultura, vivencia) Así un mismo nivel de realidad concreta, por ejemplo un shopping, es una realidad distinta para dos personas. Lo que denominamos genéricamente “realidad” es un consenso mas o menos estandarizado de lo que creemos o pensamos que creemos (si nos atenemos a los atributos de los arquetipos junguianos). Por ende la realidad no es la verdad, de esta manera “La única verdad es la realidad” del peronismo histórico demuestra su falsedad ideológica; la mentada cita debería decir “nuestra verdad es nuestra realidad” pero eso es harina de otro costal aunque igualmente quede en evidencia su imposición forzada y su prtetensión de unicos detentadores de la verdad.
Conclusión
La verdad no es demostrable ni siquiera enunciable, es un abstracto superior a nuestras fuerzas, tanto si hablamos de Dios o del guiso a la Española. Solo podemos hablar de realidades parcializadas, sujetas al vendaval de los tiempos y circunstancias. Quizás deberíamos olvidarnos de la verdad como ente absoluto y comenzar a racionalizar que las mentiras son meras deformaciones de las realidades antes aludidas, es decir un espejo de los espejos y que en última instancia los campeones morales de "verdades" no suelen ser mas que meros especuladores con manifiesta intencionalidad. ¿Qué nos queda entonces? la rectitud moral, la honradez y la visión objetiva de una realidad que debe construirse desde cada uno de nosotros y proyectada a nuestra comunidad sin parcializaciones interesadas.
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