miércoles, marzo 02, 2005

Un sutil balance de una semana

Tal como comenté hace una semana y un día atrás, inicie una nueva carrera (profesorado) que si Dios y la Patria quieren finalizare dentro de tres o cuatro años cuando finalice. A estos primeros ocho días he llegado a una serie de conclusiones sobre este inicio:
  • En primer termino siempre iniciamos, inclusive cuando fallecemos. En todo caso esta ultima ocurrencia (la de morirse) no deja de ser la inauguración a la eternidad o al menos al anonimato consumado. Y las muertes pueden ser miles al mismo tiempo y a lo largo de la vida. A la muerte social -de un concejal abusador de menores (como tenemos)- puede corresponderse la muerte de mi gato, que es definitiva es la transición a la nada de un afecto. ¿Por que hablo de muertes en este momentos? Porque iniciar un camino es morir el pasado. Esta afirmación media críptica responde a Simplemente algunas de sus dudas en cuanto a que haría fuera de mi actual trabajo.
  • En segundo termino descubro con sorpresa, que mis conocimientos son algo inútiles si no poseen alguna salida. El mero accidente de iniciar un estudio nos obliga a dar utilidad a esa colección de datos superfluos y al hacerlo se completa la esencia del conocimiento: la aplicación.
  • No sé si algún lejano día seré educador, pero de momento me estoy educando
  • Siento la diferencia de edades de una manera curiosa. Siento piedad por la expresión de pavor generalizado en el aula cuando las adolescentes descubren que sus profesores enuncian cosas misteriosas como “propedéutica”, “procedimentales” y en poco menos de una semana ya nos han dado una resma de apuntes para “solo leer en un ratito”; y por supuesto analizar con rigor académico y peor aun, aventurar hipótesis. Sin embargo lo que mas debe fastidiarles, es que cuando veo esta situación no puedo reprimir alguna sonrisa. ¿Es que soy un desgraciado, un soberbio o un patán? Si, las tres cosas por igual. No me sonrío de sus aciagas formaciones educativas y culturales (por eso en realidad siento impotencia) sino porque me imagino que hace pocos menos de tres meses eran quienes estaban en la cumbre de la pirámide, y ahora son devuelta las piedras de la base, como uno.
  • Y es que la educación ha caído mucho. Malas políticas, malos gobiernos, mala sociedad. No nos engañemos, la gente es conformista y con tal de no hacer un esfuerzo, dejo caer el paradigma de esta sociedad contrahecha a una directamente jorobada. Habrá que remar el doble.
¿Y que siento hacia mi? No es temor del conocimiento secreto que te matara porque en un examen no lo recordaras, sino la certeza de saber que la educación no es mas que en definitiva producir un cambio. Y lo único que nos hará libres y mejores.

¡Oh Tú, el más sabio y el más bello de los Angeles,
Oh Dios traicionado por la suerte y privado de alabanzas!
Oh Satán, ten piedad de mi larga miseria!
Charles Baudelaire (Letanías de Satán)

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