viernes, marzo 18, 2005

¿Empeora las relaciones con el Vaticano?

Leemos como el estado argentino echa al obispo díscolo:

“En vista de la actitud asumida por vuestra excelencia en sus relaciones con el Gobierno de la República, el señor presidente me ordena enviar a vuestra excelencia sus pasaportes, fijándole el término de veinticuatro horas para dejar el territorio de la Nación. Saludo a vuestra excelencia atentamente (El presidente de la Nación Argentina)”

A lo que el Vaticano respondió como siempre cuando aprietan los tornillos:

“(...) Vuestra excelencia conoce mejor que todos los demás, los graves cambios introducidos en estos últimos tiempos en la legislación del país, en daño de la religión católica, profesada por la gran mayoría, si no por la totalidad del pueblo argentino. (...) Estimo inútil después de esto, repetir una vez más que mal se prestan los hechos para no ver en la expulsión del delegado apostólico un acto injurioso para el sumo pontífice.(...) ”

No, no se trata del obispo Baseotto y sus polémicas declaraciones

es algo mas antiguo pero reiterado en nuestra pendular historia Argentina. “Durante la primera presidencia de Julio Roca (1880-1886), se implantó la enseñanza laica en las escuelas costeadas por el tesoro público, de acuerdo con la ley 1420 de educación común, laica y obligatoria. Esta medida, adoptada en 1884, generó la resistencia de los ministros de la Iglesia local y terminó impactando negativamente en las relaciones con la Santa Sede. El nuncio papal, monseñor Luis Mattera, se opuso a la sanción. Las autoridades argentinas le respondieron que el representante pontificio podía exponer libremente sus ideas en conferencias confidenciales, pero no interferir en una cuestión que era de neta competencia del gobierno argentino. Mattera siguió en su lucha e intentó evitar que arribaran a la Argentina maestras normales contratadas por el ejecutivo en Estados Unidos para la dirección de los establecimientos de enseñanza oficiales y laicos. Mientras tanto, en distintas partes del territorio argentino tuvieron lugar demostraciones de rechazo a la medida adoptada por el gobierno de Roca: sermones en los templos; fundación de diarios que respondieron a los reclamos eclesiásticos, emisión de pastorales por parte de vicarios y obispos, y manifestaciones en clubes con asistencia de los miembros del clero. Estas demostraciones, en las que monseñor Mattera tuvo una participación activa pero a la vez reservada, tuvieron por objetivo perturbar el normal funcionamiento de las escuelas públicas.” (fuente: Historia general de las relaciones exteriores Argentinas).

Por lo visto no hay nada nuevo bajo el sol

No, no lo hay; en referencia a la vieja discusión sobre nuestra soberanía al determinar los altos cargos eclesiásticos que dependen directamente de la Santa Sede. Ante la pregunta inevitable de muchos sobre la razón para que un estado independiente (nosotros) posean funcionarios ajenos y que responden a otra potencia (El Vaticano) la razón es el concordato que acuerda tales atribuciones. El presidente no puede removerlos ni aunque quisiera, lo cual es un contrasentido para nuestra sensibilidad y una muestra de sometimiento de una nación teóricamente libre a otra extranjera (Bueno, en rigor de verdad no sería la única) Porque, pese a lo republicano, federal y democrático de nuestra Constitución, el estado argentino además sostiene el culto católico en su Articulo 2°.

En definitiva, Obispo Baseotto u otros, desde 1810 a la fecha, han interferido en nuestros asuntos internos con mayor o menor grado, desde la educación laica hasta la enseñanza de la sexualidad en las escuelas, el aborto, el divorcio, o cualquier discusión que nos merezcamos como sociedad y en la que podemos estar de acuerdo o no, pero sin las inevitables interferencias que generan casi siempre los prelados de la Santa Sede en nuestra política interna. Esa misma intromisión le costo al Vaticano la separación de la iglesia y el nacimiento de la Iglesia Anglicana, que es independiente de Roma.

¿Siempre nos amo tanto la Iglesia Catolica apostólica Romana?

La iglesia vaticana siempre es renuente a los cambios, sino fijense desde donde arranca el problema “Estado Argentino”. En 1816, el Papa Pio VII envió a sus “venerables hermanos arzobispos, obispos y queridos hijos de América, súbditos del rey de las Españas” una carta canónica (un “breve”) en la que sin reparos boicoteo a los movimientos independentistas americanos:

“Entre los preceptos claros y de los mas importantes de la muy santa religión que profesamos, hay uno que ordena a todas las almas a ser sumisas a las potencias colocadas encima de ellas. Estamos persuadidos que ante los movimientos sediciosos que se producen aquellos países, por los cuales nuestro corazón esta entristecido y nuestra sabiduría reprueba, vosotros no dejáis de dar a vuestros rebaños todas las exhortaciones. Nos somos el representante de aquel que es el Dios de la paz, nacido para rescatar al genero humano de la tiranía de los demonios. Nuestra misión apostólica nos obliga a impulsaros a buscar toda clase de esfuerzos para arrancar esa muy funesta cizaña de desordenes y sediciones que el hombre ha tenido la maldad de sembrar allá. Vosotros lo conseguiréis fácilmente, venerables hermanos, si cada uno de vosotros quiere exponer con celo al rebaño los perjuicios y graves defecciones y las calidades y virtudes notables y excepcionales de nuestro muy querido hijo en Jesucristo, Fernando, Rey Católico de las Españas. Recomendad la obediencia debida a nuestro rey (...) y obtendréis en el cielo la recompensa a vuestros sacrificios y de vuestras penas por Aquel que da a los pacíficos la beatitud y el titulo de hijos de Dios” (Breve de30 de enero de 1816)

Baseotto no es el problema, este es otro: sí como sociedad podremos tener la oportunidad de crear nuestra propia conciencia sin tener que recurrir a otras prestadas y que no reflejan ni la realidad ni las circunstancias de este mundo distinto al de los claustros gregorianos.

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